A mitad de julio Barcelona recibió una flota de más de 40
barcos, la mayoría del siglo pasado, convocados para la V Regata Puig Vela
Clàssica Barcelona. Las regatas de barcos clásicos son muy interesantes desde
el concepto de museo flotante. Mas allá de la competición es admirable el
magnífico espectáculo de madera, dacron, bronce e inoxidable que, impolutos, denotan
su pertenencia a la elite de lo que en algún momento fue “última tecnología”. También
es un espectáculo verlos navegar plenos de desplazamiento, de maniobras rudas y
más dispuestos a cortar las olas que a navegar sobre ellas.
Según su aparejo y cualidades, la flota se dividió en: Época
Marconi, Época Cangreja, Clásicos y Big Boats. Precisamente en la categoría Big
Boats, fui invitado a participar a bordo del Moonbean IV para hacer la primera
regata del evento y, dentro de lo posible, hacer unas cuantas fotos desde
abordo. En una palabra: “Impresionante”. Una maravilla de barco de 35 metros de
eslora diseñado y construido por William Fife, en el año 1920. El aparejo Marconi
se despliega a base de cantidad de manos que tiran del mismo cabo de la forma
más coordinada posible y su fuerza se multiplica gracias a algunas poleas… Considerando
que la tripulación estable es de 6 o 7 personas de las cuales 3 son mujeres,
más hábiles que fornidas, es impecable la labor que realizan al contar con una
media de 15 tripulantes invitados que, en su mayoría, es la primera vez que
navegan.
Al día siguiente de las fotos desde abordo pude salir en una
neumática y fotografiar al resto de la flota. Los dos días la intensidad de
viento superó los diez nudos, que es cuando estos barcos comienzan a despertar,
y disfruté tanto como me salé…
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Moonbean IV
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