lunes, 2 de marzo de 2015

"Fototrack, una iniciativa brillante"

ObjectivaMent, la Associació Fotogràfica de Collbató, ha iniciado una actividad excelente. El Fototrack es una combinación de caminata, fotografía e historia, en un recorrido establecido previamente (uno al mes), sencillo, descargable en GPS, que se puede realizar en cualquier momento o en la fecha acordada por el grupo y con la finalidad de compartir las imágenes obtenidas.





El sábado 28 de febrero fue el segundo encuentro cuya ruta "El Bruc abandonado" prometía una gran intriga desde el título mismo. La hora de encuentro, cuatro y media de la tarde, auguraba una buena luz; aunque, por momentos intermediaran nubes y hacia el final anecdóticas gotas. 




El sitio en cuestión son las ruinas de una masía del finales del siglo XIX, momento en el que el cultivo de la vid era equiparable a una "fiebre del oro", precariedad incluida. El Bruc, tardó un siglo en recuperar el número de empadronados de esa época. 



Las construcciones que aun quedan en pie muestran el apuro, las prisas por comenzar a producir, la improvisación, construcciones de barro crudo y la utilización de construcciones anteriores, como el ábside de una iglesia del siglo XI, para pisar la uva fresca.




La omnipresencia del Montserrat se percibe aun en los pequeñas aberturas, como la ventana que alguna vez iluminó a sus fieles.



Esos mismos fieles fueron protegidos por un techo, el mismo que le dio cobijo a los trabajadores que pisaron la uva, el mismo que hoy no está y en su lugar el cielo mediterráneamente azul.




Texturas, rincones, vegetación, historias que sucedieron más todo lo que podamos imaginar a cada paso al ocupar  el mismo espacio en otro tiempo




A veces pienso en esas ventanas por las que entraba luz y salían miradas hacia un paisaje que ya no está.



En 1893 la Filoxera había con las vides, había acabado con las fuerzas y las ilusiones de los trabajadores y trabajadoras del campo que se trasladaron a las ciudades y colonias industriales ávidas de mano de obra.






Poco a poco, piedra a piedra, la naturaleza recupera su espacio. Los miles de metros cuadrados que ocupó la vid, hoy lo ocupan las pinedas que desplazaron a especies locales como el roble o la encina que, lentamente recuperan espacio.













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